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miércoles

Poesía

Natalia se sentó en la única silla roja del bar. Eran casi las 5 de la tarde, y se sentía de madrugada. Miró alrededor desesperanzada, tomó un trago de coca tibia y se asombró al darse cuenta que pensaba como si escribiera.

1 comentario:

Coti Zarazaga dijo...

Brillante, me encantó.
Qué loco es eso de descubrirse pensando cómo si una escribiera, me ha pasado muchas veces. A Ramona (una especie de alter ego que tengo y a quien le doy vida en mi blog) se le ocurrió contar sobre aquélla extraña sensación una vez (http://cotizarazaga.blogspot.com/2008/05/excusas.html) y alguien habló de sartenazos, pero me parece que Natalia entendería a la perfección de lo que hablaba Ramona!
Abrazo de una extraña que te lee!

Coti!